Muchas personas con cierta conciencia política tienden a agruparse en una de dos categorías políticas: la izquierda y la derecha, las primeras suelen estar asociadas con el Partido Demócrata y el segundo con el Partido Republicano. Cada vez que la gente se asigna a una de estas dos posiciones, generalmente suscriben a la mayoría de las políticas y creencias preestablecidas de esa posición.
Tanto la izquierda como la derecha tienen sus propias opiniones sobre la santidad de la vida, pero sus puntos de vista contradictorios se convierten en una paradoja. La izquierda es contra la guerra y la pena de muerte, pero todos por la elección del aborto y la derecha contra el aborto, pero por la pena de muerte y la guerra. Donde quiera que estén en la cuestión de la vida, tanto la izquierda como la derecha están en pleno favor de la muerte en cierta medida, y cualquier postura que adopten para preservar la vida -ya sea en la etapa fetal o en la silla eléctrica- se basa en lógica falaz y eufemismos deshonestos. Ambas partes están dispuestas a matar para lograr sus condiciones ideales en la sociedad.
Cómo justifica la izquierda la muerte
A los izquierdistas les encanta atacar la guerra, pero la mayoría de ellos son hipócritas por hacerlo, ya que también suelen favorecer la guerra, pero simplemente por razones diferentes de la derecha. Los socialistas dedicados favorecen la violencia laboral y las guerras civiles directas a las que se refieren como "guerras de liberación". Si suscriben las enseñanzas de Lenin, la violencia y el terror puro en nombre de la revolución proletaria están justificados (véase El Libro Negro del Comunismo, capítulo 4: El Terror Rojo). Carlos Marx pide una guerra mundial en Materia de trabajo y capital, y en el periódico Neue Rheinische Zeitung pide que se destruyan razas y naciones contrarrevolucionarias que no son lo suficientemente avanzadas para el socialismo y el comunismo.
Los izquierdistas más moderados, desde Woodrow Wilson hasta Barack Obama, hacen campaña en favor de la paz, pero en vez de eso llevan al país a guerras por diversos propósitos políticos y económicos. Con Wilson fue la Primera Guerra Mundial e invasión de varios países latinoamericanos, incluyendo a México en 1914 y 1916-17. Con Obama fue la continuación de las guerras de Irak y Afganistán, así como la intervención en la guerra civil libia, las guerras civiles sirias, paquistaníes y yemeníes, así como las guerras en Somalia, Sudán del Sur , y África Central. Ambos demócratas progresistas gozaban de un amplio apoyo de su supuestamente pacífico Partido Demócrata, por enviar innecesariamente miles y miles de personas a sus muertes.
Los izquierdistas también tienden a anular el aborto como una cuestión de derechos civiles para las mujeres. ¡Pidámonos diferir! Gritan y lloran por la muerte de un niño en Ramadi, y protestan por la muerte de niños civiles en Gaza a manos de la Fuerza de Defensa Israelí, pero clamaron en 2012 para detener a Joseph Kony y luchar contra al LRA. Además, millones de fetos aún no nacidos vivos son abortados cada año.
Nadie debería juzgar a las mujeres que abortaron embarazos peligrosos o que tuvieron emergencias que lo hicieron necesario. Están en la minoría. La mayoría de las vidas humanas no nacidas terminan simplemente porque los padres que asumen la responsabilidad de sus acciones serían inconvenientes o no económicamente ventajosos. Muchos simplemente argumentan que es una decisión de la mujer lo que ella hace con su propio cuerpo. Eso es cierto ... hasta cierto punto.
Tanto los hombres como las mujeres son los dueños de su cuerpo, pero su regla corporal absoluta no se aplica al cuerpo de otro ser humano. Los hombres y las mujeres tienen la libertad de hacer lo que quieran con sus cuerpos, ya sea que participen o se abstengan del sexo, si van a usar o no la anticoncepción, etc., pero terminar la vida de un ser humano es un violación de los derechos humanos, independientemente de si el ser humano está dentro o fuera del útero.
Con la excepción de un embarazo realmente amenazante para la vida, los adultos deben asumir la responsabilidad de sus acciones, incluso hasta el punto de cambiar radicalmente su estilo de vida para cuidar una nueva vida humana que han creado. Desafortunadamente no vivimos en un mundo ideal. Eso no significa que no podamos unirnos para trasladar la cultura popular a una dirección más responsable.
El Dr. Robert Johnston informa que la violación y los embarazos que amenazan la vida o que amenazan gravemente la salud representan apenas el 2% de los abortos realizados en los EEUU. Cuando los izquierdistas matan a los bebés no nacidos, porque cuidar de ellos cuando nacen sería demasiado difícil o inconveniente, han perdido toda posición moral cuando protestan la guerra o la pena de muerte, los tres son ejercicios en una parte escogiendo si otro vive o muere. La América de hoy es una sociedad que vive con la contradicción de que el aborto no es matar a un bebé, sin embargo el asesinato de una mujer embarazada es un homicidio doble. ¿Este doble estándar no incomoda a nadie?!
Continúa en la Parte 2: Cómo el derecho pro-vida justifica matar
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Imagen cortesía de David Berkowitz a través de Wikimedia Commons, licencia CC BY 2.0. El contenido del artículo fue publicado originalmente en inglés por Young Americans for Liberty.
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